lunes, 16 de diciembre de 2019

NOVEDADES EDITORIALES / ALBA EDITORIAL / NUESTRAS RECOMENDACIONES.*







Sydney es una dibujante y free runner que no puede quedarse quieta. Su vida se tambalea porque nunca ha aceptado la muerte de su madre cuando tenía diez años. Y así, en un cumpleaños que no quiere celebrar, regresa sola al pueblo de su infancia para enfrentarse a la culpa y al dolor. El viaje resulta más raro de lo esperado, no solo para ella, sino también para su familia y algunos de los habitantes de St. Yves.
Ambientada en la Inglaterra de las pequeñas ciudades, No dar de comer al oso es un libro sobre personas que ponen empeño en encontrarse a sí mismas y en cuidarse unas a otras. Rachel Elliott ha escrito, con una gran sensibilidad para las escenas familiares donde los personajes se enfrentan a sus conflictos más íntimos, una emocionante afirmación sobre la vida y el reencuentro con los recuerdos que a menudo uno desearía olvidar.
«Una novela asombrosamente buena sobre el dolor y esa compañera sombría que es la culpa. Misteriosa, edificante y, a menudo, muy divertida, me atrapó totalmente de principio a fin.» Deborah Moggach
«Elliott es una narradora muy cautivadora y astuta.» Sarah Winman






«Y desperté, repitiéndome una y otra vez la misma pregunta: ¿cómo podía una mujer convertirse en tres?». Anna Kingsford
En el mundo eminentemente masculino de la sociedad victoriana, volcado en el comercio y la expansión imperial, regido por un orden racionalista y por unos estrictos códigos morales (aunque luego los hombres, pero no las mujeres, pudieran llevar una doble vida), fueron las mujeres quienes se interesaron sobre todo por el fenómeno de la brujería.
En Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920) Peter Haining ha reunido sobre este tema crónicas históricas y leyendas tanto como ficciones de escritoras hoy en su mayoría olvidadas pero que sin duda ha valido la pena recuperar. Eliza Lynn Linton estudió profundamente la tradición de la brujería en Inglaterra y Escocia; lo mismo hicieron, en Irlanda, Jane Wilde y, en Gales, Mary Lewes. A su lado, un buen número de autoras –de una tal «H. L.» hasta H. D. Everett− escribieron cuentos de brujas, donde exploraron el conflicto entre religión y ciencia, la condición de la mujer apartada y acosada, la sexualidad asociada a «los espíritus malignos» y —por otro lado— a la intimidación y la explotación, las relaciones entre el amor y la muerte, y la visión de la Naturaleza como una fuerza esencialmente destructora.Tras la muerte de sus padres, la joven Aurora Leigh se traslada desde su hogar de adopción, Florencia, a Inglaterra, donde será tutelada por una tía rígida y severa que pretende casarla con su primo Romney, destinado a heredar el patrimonio familiar. En una escena reivindicativa y protofeminista, Aurora rechaza a su pretendiente y proclama su decisión de entregarse a la poesía. Años después, Aurora se reencuentra con su primo, que está a punto de casarse con Marian, una joven de vida trágica e incierto futuro. Lady Waldemar, una noble rica, también pretende a Romney y urde una maliciosa trama que desatará una espiral de pasión y cambiará el destino de los protagonistas. La ética y la política, la teoría literaria, el primer feminismo reivindicativo y decimonónico, las tramas victorianas y dickensianas, y el exotismo florentino se dan cita en esta prodigiosa novela de Elizabeth Barrett Browning.
Escrita en 1856, Aurora Leigh es una notabilísima novela en verso que reúne el interés de una trama exquisitamente medida con la belleza de la expresión poética, además de una gran variedad de ambientes: desde los círculos de la alta sociedad hasta los bajos fondos. El lector dispone por primera vez en español de una novela-poema que Virginia Woolf consideraba en plano de igualdad con los mejores logros de Jane Austen, George Eliot y las hermanas Brönte.Estas narraciones tan memorables como imaginativas ilustran tanto el poder de fascinación de la brujería como la mentalidad y la forma de entender lo oscuro de la mujer victoriana.







Tras la muerte de sus padres, la joven Aurora Leigh se traslada desde su hogar de adopción, Florencia, a Inglaterra, donde será tutelada por una tía rígida y severa que pretende casarla con su primo Romney, destinado a heredar el patrimonio familiar. En una escena reivindicativa y protofeminista, Aurora rechaza a su pretendiente y proclama su decisión de entregarse a la poesía. Años después, Aurora se reencuentra con su primo, que está a punto de casarse con Marian, una joven de vida trágica e incierto futuro. Lady Waldemar, una noble rica, también pretende a Romney y urde una maliciosa trama que desatará una espiral de pasión y cambiará el destino de los protagonistas. La ética y la política, la teoría literaria, el primer feminismo reivindicativo y decimonónico, las tramas victorianas y dickensianas, y el exotismo florentino se dan cita en esta prodigiosa novela de Elizabeth Barrett Browning.
Escrita en 1856, Aurora Leigh es una notabilísima novela en verso que reúne el interés de una trama exquisitamente medida con la belleza de la expresión poética, además de una gran variedad de ambientes: desde los círculos de la alta sociedad hasta los bajos fondos. El lector dispone por primera vez en español de una novela-poema que Virginia Woolf consideraba en plano de igualdad con los mejores logros de Jane Austen, George Eliot y las hermanas Brönte.






Un auténtico éxito internacional del siglo XIX
Charlotte Brontë creyó al leer la novela que la acusarían de plagio, las protagonistas de Mujercitas disfrutan con ella, y en Gran Bretaña y Estados Unidos promocionaron a su autora como «la Jane Austen sueca»
Contaba Elizabeth Gaskell que, cuando Charlotte Brontë leyó Los vecinos, pensó que «todo el mundo imaginaría que había sacado la idea del personaje de Jane Eyre del de Fransiska, la narradora de la novela de la señorita Bremer». Los vecinos (1837), traducida muy pronto al inglés y a otras lenguas, fue un éxito internacional: la leen, por ejemplo, las protagonistas de Mujercitas y en Gran Bretaña y Estados Unidos promocionaron a su autora como «la Jane Austen sueca». Ambientada en la región histórica de Smolandia, pinta el retrato de una comunidad con la voz de su heroína y narradora, una mujer de veintisiete años bajita y no muy agraciada, recientemente casada con un médico al que llama Oso. En las cartas que envía a una amiga, que son como un diario íntimo y a la vez un proyecto de novela, describe su vida conyugal y la de sus nuevos parientes y conocidos, entre quienes destaca su imponente suegra, la baronesa Mansfelt, que se expresa con dichos y refranes. La noticia de que un misterioso forastero ha alquilado una de las casas más nobles de la región desata un reguero de rumores: ¿será un espía, un italiano que ha matado a su mujer, un rico exiliado portugués? Al final el nuevo inquilino no será tan desconocido para sus vecinos, pero trastornará su paz: lleva a las espaldas la carga del «fuego de los abismos» y «la pasión de la destrucción». Fredrika Bremer fue una de las figuras literarias más importantes de la Suecia del siglo XIX, y en esta novela trata multitud de temas —desde el significado de la música al comercio de esclavos—, siempre con la vista puesta en el poder del amor y la reconciliación, y en el equilibrio entre romanticismo y armonía.





Desde que su hija Vanessa se mudó a Estados Unidos para ser profesora de filosofía, Alan Querry, de sesenta y ocho años y que vive en Inglaterra nunca ha ido a visitarla. Helen, su otra hija, ejecutiva del mundo de la música, tampoco ha ido. Son dos hermanas que se quieren pero que nunca se han recuperado del divorcio de sus padres ni de la temprana muerte de su madre. Cuando Josh, el nuevo novio de Vanessa, les cuenta que su hermana tiene una depresión severa, Alan y Helen vuelan a Nueva York.
Upstate es una historia intensa y profunda sobre la felicidad y la familia escrita por uno de los críticos literarios vivos más importantes del mundo. James Wood dibuja con enorme sensibilidad las relaciones entre Alan, Helen y Vanessa, documentando los minúsculos cambios emocionales entre los tres adultos. «Aunque los hijos solo hayan sido niños brevemente -reflexiona Alan- uno nunca se acostumbra a verlos independientes». Durante seis días de invierno en el estado de Nueva York, todos ellos empezarán a enfrentarse con las preguntas sobre la felicidad y sus límites que es el tema de esta novela. Upstate es una meditación sobre la felicidad, pero no ofrece soluciones fáciles ni claras. Wood se resiste a cualquier tentación de atar cabos sueltos y se mantiene obstinadamente fiel al desorden de la vida.
«Upstate es decididamente una novela de personajes, y la inteligencia que la anima es reconocible de Wood ... Si alguna vez James Wood, el novelista sobrepasa a Wood como crítico, Upstate sería un nuevo comienzo prometedor ...» Christian Lorentzen, Vulture
«Leer a James Wood proporciona un enorme placer» Gideon Lewis-Kraus, Los Angeles Times







Este volumen reúne dos de las pocas novelas cortas que escribió George Eliot. Ambas tratan el tema de la tentación y ambas están protagonizadas por dos hermanos.
El velo alzado (1859) es una nouvelle con sorprendentes elementos góticos y fantásticos que uno no suele asociar con la autora de Middlemarch. En ella, el joven Mortimer, un melancólico que tiene «la sensibilidad del poeta sin su voz», adquiere inesperadamente el don de leer el pensamiento de los demás: solo una persona se le resiste y es la prometida de su hermano mayor; sin embargo, una visión le anuncia que se casará con ella. El hermano Jacob (1860) se inicia con una cita de La Fontaine que advierte contra los falsarios y usurpadores: a través de la peripecia de David Faux (que, de aprendiz de pastelero, aspira a ser un gran personaje en las Indias Occidentales, adonde emigra tras robarle los ahorros a su madre) y de su hermano, el idiota Jacob (que, de pura gratitud, se erige en su imprevista Némesis), se erige una fábula recta e hilarante a la que se aplican con brillantez los amplios recursos de la técnica realista.
Estas dos breves piezas, de formas tan distintas, constituyen una buena introducción al estilo y los temas de su autora y son además, sencillamente, toda una lección del arte de escribir.








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1 comentario:

  1. Gracias por la información. El de cuentos de brujas lo vi en la librería y casi se vino a casa, al final compré otro, pero no me lo quito de la cabeza. Del resto me apetecen el primero y el último.
    Besos

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