Si eres un asesino profesional, un marido te paga por matar al amante
de una mujer infiel y a quien matas en realidad es al marido, tienes
derecho a sentirte engañado y a pensar que han mancillado tu
ética de Killer. Tienes derecho a sentirte molesto con quienes
te han utilizado y cuando un hombre con principios se enfada, no podrás
quejarte de haber comenzado la guerra.
José Luis Ordóñez nos ofrece un billete para la
máquina del tiempo y nos lleva a los Estados Unidos más
negros, a la época dorada de Hollywood, al nacimiento de las
grandes estrellas, de la mano de James McGinty, un
killer que
tiene razones para estar molesto.
Madera podrida con un clavo oxidado
es novela negra en estado casi 100% puro, pero con toques cinéfilos,
aunque su asesino odie el cine, un arte que se dedica a copiar sus movimientos,
su forma de vestir, su modo de vida…
Estamos en EEUU en los años 40, hay quienes pagan por cometer
crímenes sin mancharse las propias manos, todo normal, como en
cualquier época y cualquier lugar del mundo. Nuestro hombre tiene
a su lado una mujer con luminiscencia infantil atrapada en el cuerpo
de una adulta bella y sensual.
¿No habíamos quedado en que estamos ante una novela negra
comme il faut? Además de todo ello, tenemos póker,
alcohol, unos estudios cinematográficos donde las grandes mafias
blanquearon el dinero del crimen organizado y desde donde los mayores
corruptos del siglo nos explicaron cómo debíamos vivir
y sentir. Errol Flynn aparece como referente, amado por las mujeres,
y después como participante en timbas de póker, pero se
ve envuelto en una empresa que, además de probar si el diablo
de Tasmania está preparado para convertirse en un héroe
del mundo real, podría inclinar el resultado de la guerra hacia
un bando u otro. Sin embargo, más allá de la contienda
bélica que parece en juego en plena Meca del Cine, lo que James
McGinty no imagina es que está próximo a descubrir el
secreto más terrible que se oculta bajo las colinas de Hollywood,
algo tan siniestro y escabroso que ni siquiera él mismo hubiese
podido imaginar.
Al acabar la lectura, recordamos que no es que el mundo sea complejo,
o que esté lleno de basura, es que el mundo es una madera podrida
con un clavo oxidado.
El autor
(Sevilla, 1973)
Licenciado en Filología, guionista y director de cortometrajes
(Tarot, premio RTVA a la Creación Audiovisual), autor teatral
(Perversidad en la 237, primer premio en el XV Certamen Literario de
la US) y escritor (ganador del VII Premio Sexto Continente de Relato
Negro, incluido en la antología
Asesinatos profilácticos).
Ha publicado el libro de relatos
Manhattan por el retrovisor,
la obra de teatro
237 y la novela de terror
Lo macabro del
amor.
Con
Madera podrida con un clavo oxidado obtiene el accésit
del II premio de Novela Negra Wilkie Collins.
En la actualidad combina la docencia con su actividad como escritor
y director de cortometrajes y colabora como crítico de cine en
Canal Sur Radio. Escribe en el Blog "Senderos de Ficción"
Blog del autor
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