En la Edad Media hubo quien levantó catedrales de piedra para hacer de ellas la casa de Dios, pero fueron los maestros vidrieros quienes las convirtieron en auténticos sagrarios de color y luz.
La venganza le hace escapar de nuevo, esta vez con una mujer, Ubayda, y un extraordinario halcón, Aylal, en busca de su verdadero destino: aprender el arte de las vidrieras.
Una novela épica y de aventuras que se desarrolla en escenarios tan dispares como el desértico norte de África, la inexplorada Terranova y algunas de las más pujantes ciudades europeas de la época (Brujas, Lovaina o Burgos) y sus catedrales, en un tiempo en el cual sus viejas paredes se fueron abriendo para convertirse en auténticos sagrarios de cristal, ante los cuales los fieles creían sentirse a los pies de las ventanas del cielo.
UN LIBRO DE EDITORIAL PLANETA.*
GONZALO GINER
Gonzalo Giner logró el éxito literario con El sanador de caballos, que alcanzó cotas de crítica y público muy elevadas, convirtiéndole en un autor de renombre y su obra en un referente dentro de la literatura popular. Veterinario de profesión, con aquel título quiso investigar el inicio de su oficio. Con su siguiente novela, El jinete del silencio, Gonzalo nos descubrió los antecedentes de la creación de la raza española de caballos durante el siglo XVI. Y en Pacto de lealtad, el autor dio un salto en su producción literaria. Una novela minuciosamente documentada que narró, por vez primera, la participación de los perros en dos de las guerras más sangrientas del pasado siglo xx, la segunda guerra mundial y la guerra civil española.
RESEÑA U OPINIÓN PERSONAL
Hemos tenido este verano la grandísima suerte de poder disfrutar con tranquilidad de la estupenda última novela de Gonzalo Giner.
Se trata de una novela de ficción histórica maravillosa, situada en el tiempo en el siglo XV, cronológicamente desarrollada a lo largo de 14 años, y en un espacio en el que recorreremos un periplo de ciudades que harán las delicias del lector, Burgos, Brujas, Lovaina, Túnez, Venecia… Lugares de ensueño en la edad media.
Por todo ello nos topamos con una lectura en la que encontraremos viajes y aventuras, amor y desamor, lealtades y traiciones, ambición y generosidad, y Amor con mayúsculas. También se integran como parte fundamental de todo lo que sentiremos leyéndola el perdón y la redención, y he de confesar que en algunos momentos se me han saltado las lágrimas.
La historia comienza cuando Hugo de Covarrubias, prácticamente desheredado de su familia se enfrenta a su hermanastro, Damián, que de primeras le quita todo aquello que ama en la vida: su familia, el amor de Berenguela y el negocio familiar. Por todo ello se ve obligado a huir y durante este tiempo desaparecido y donde su vida a veces correrá serio peligro descubrirá las principales verdades de la vida: la amistad, la lealtad y la pasión que cada uno de nosotros llevamos dentro y que debería ser el motor de nuestra existencia. En el caso de Hugo su pasión por dibujar, que le llevará a conocer los talleres de los maestros de vitrales que adornaban las más importantes catedrales de Europa en un gótico tardío, y que en ese preciso instante se le revela al propio Hugo: llegar a ser maestro vidriero. Y lo conseguirá pasando por mil y una aventuras.
De esta parte de la novela se entiende que procede la mayor parte de la documentación de la que Gonzalo Giner habrá tenido que hacer acopio y estudiarse seriamente. La verdad es que está muy bien descrita y explicada la actividad comercial y artística que se desarrollaba en todas las ciudades en la Europa Medieval del momento, y aprenderemos muchísimo sobre ello, pero sin agobiarnos. La narración no nos abruma con una lluvia de datos técnicos, ni trata de darnos una lección de historia soporífera, de esas que a veces se les escapan a los escritores de este género, sino todo lo contrario, nos quedaremos con ganas de saber más y tenderemos los datos justos y precisos para poder entender los anhelos de sus personajes y el entorno social que les rodea y que servirá de hilo conductor de la trama.
Así entenderemos perfectamente el espíritu del gótico, que no era otro que el de conectar a través del arte del siglo XV a Dios con los hombres, en este caso, a través de lo que expresaban las vidrieras de las catedrales y que aquéllos hombres sencillos de los gremios encargados de realizarlas trataban por todos los medios de imprimir en ellas. Esas descripciones casi mágicas de los efectos que la luz provocaba en aquéllos que las observaban dentro de los templos transportan al lector a los cielos, al mirar esas ventanas.
También es una gran novela de viajes, donde recorreremos una buena parte del mundo entonces conocido y entenderemos cómo eran otras culturas tan diferentes a la nuestra por aquel entonces como por ejemplo las que poblaban las tierras del Norte de África. Y podremos poner en contraposición sus creencias con las que en esa época dominaban una Europa mojigata y poco ilustrada.
Resulta ser una lectura muy fluida, donde la narración y los diálogos siempre nos harán entender perfectamente a los personajes, por lo que nuestro disfrute está asegurado a lo largo de todas sus páginas.
Hay algo en la novela que me ha gustado mucho y con lo que me he sentido muy gratificada, y es el poder que se le otorga a la figura femenina dentro de la misma. Se representan mujeres fuertes, valientes, cultas y bondadosas, capaces de todo por reivindicar su lugar en el mundo en el que viven, y por hacer felices a aquéllos a los que aman.
Ha sido en este año otra de nuestras lecturas favoritas, de las más favoritas. No dejéis de leerla.
¡NOS HA ENCANTADO Y LA RECOMENDAMOS MUCHO, MUCHO PERO MUCHO!
Concha Yunta / Pepa Muñoz
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No dejaré de leerlo, será mi próxima lectura. Gracias por vuestras reseñas tan fantásticas. Saludos
ResponderEliminarLo conseguí en la fantástica iniciativa de Planeta de soltar libros en las catedrales góticas. Lo voy a leer en breve.
ResponderEliminarBesos